Hablar de Luis Alberto Spinetta es hablar del mejor rock latinoamericano, del padre de muchas de las bandas más representativas de Argentina, de un gestor incansable de la poesía y de una maestría para crear texturas tiernas en cada sonido, en cada proyecto que haya tenido. 

Es complicado expresar en palabras lo que la música y las bandas de Spinetta han conseguido durante toda su carrera, así como de la manera en que él ha influenciado en el rock contemporáneo. Spinetta no ha sido solo un faro para la música y el rock en general, sino también ha sido capaz de enfrentarnos con nuestros propios cuestionamientos generacionales. 

Invisible es uno de sus tantos colores, donde pone de manifiesto toda la magia de la poesía y el matiz musical con el que nos viene atrapando hasta el día de hoy.

Y hay, en particular, un disco que retumba el alma: El Jardín de los presentes. Disco que no solo viaja entre parajes progresivos con algunos destellos de folk, sino que, además, su río de poesía nos empapa con fuertes riffs eléctricos como en Niño condenado, para, después, entrar en una suerte de calma con Golondrinas de plaza de mayo, en donde nos describe de la manera más simple, pero, a la vez, más preciosa, a las golondrinas en su eterna sabiduría.

Este es, particularmente, un disco triste y nostálgico, que nos sabe retratar personajes tan cotidianos, y hasta casi invisibles, como en El anillo del capitán Beto, al que le da una voz dentro de ese mundo tan intrascendente para muchos, como la de un remisero bonaerense.

Spinetta supo contemplar el mundo y transformar sus visiones en canciones, en bandas, en sentimientos, en vasta sensibilidad. No agotó nunca esa capacidad de percepción, de estar agazapado y observar el mundo con ojos de niño, con la ternura y la crudeza de una realidad a la que solía golpear con sus canciones.

El flaco nos dejó un camino lleno de luces, de poesía y de sueños vivos, que aún descansan en su voz. El rock de Spinetta es y será, una puerta hacía otra forma de concepción de la música, pero sobretodo, de las palabras, aquellas, que a lo largo de cada disco han sabido contarnos acerca de nuestra propia existencia.
Este disco es un salto en el tiempo, una foto donde puedo ver amigos y charlas en perfecta armonía, así como noches interminables deshaciendo el futuro.

1. El anillo del Capitán Beto - 5' 12

2. Los libros de la buena memoria - 5' 10

3. Alarma entre los ángeles - 6' 31

4. Que ves el cielo - 2' 07

5. Ruido de magia - 4' 38

6. Doscientos años - 4' 12

7. Perdonado (niño condenado) - 7' 09

8. Las golondrinas de Plaza de Mayo - 3' 24