Corría el año 1992, y estaba cursando la secundaria, sin darme cuenta mucho de lo que pasaba afuera, a menos musicalmente. Y es que a mi alrededor, una banda argentina se encargaría de darle un giro radical al rumbo del rock latinoamericano a partir de un disco: Dynamo, y esa banda es Soda Stereo. El disco venía, para la prensa especializada y los miles de fans, con mucha expectativa, ya que se esperaba que superara a su antecesor: “Canción Animal”. Pero no fue así; para la escena, el disco dejaba más preguntas que respuestas. Y es que no se estaba acostumbrado al tipo de rock que se venía escuchando en ese momento.

Soda Stereo, haciendo siempre gala de su enorme capacidad musical y de la mano de su líder Gustavo Cerati, supieron bucear en búsqueda de nuevos sonidos, tratando en todo momento de reinventarse como banda en cada uno de sus discos. Luego de muchos años podríamos que decir, que Soda, encontró la manera de hacer funcionar el dynamo, generando ese magnetismo del que todos hablamos hoy en día. Podemos decir que Soda cambió la manera de hacer música gracias a este álbum. El mejor ejemplo de ello es la canción que abre el disco: Secuencia Inicial, que parece ser la invitación que Cerati hace a sus fans a zambullirse en nuevas agua y hacerlos participe de esa experiencia.